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El Morro, pequeño paraíso turístico del Ecuador.

  • Linda Matamoros
  • 2 mar 2017
  • 3 Min. de lectura

Cuando se trata de escapar del ruido, del aburrimiento, la rutina de la gran ciudad, o simplemente relajarse con la familia; una buena opción es: “El Morro”, parroquia rural del cantón Guayaquil de la provincia del Guayas, se encuentra aproximadamente a unos 70 kilómetros al suroeste de la cabecera cantonal de la ciudad.

Este encantador lugar ofrece varios lugares de distracción para la diversión de propios y extraños.

Desde Playas de Villamil hacia “El Morro” nos encontraremos con El cerro “El Muerto”, llamado así por “su singular forma de un hombre acostado o una persona muerta” que se observa a lo lejos. Es un buen lugar para hacer ciclismo de montaña, escalada y montañismo si de deporte se trata, “el camping” también es una buena opción. Por otro lado, en la cima se encuentra “la virgen de la roca” la cual es visitada por feligreses especialmente los fines de semana.

Joseph Vallejo, visitante frecuente de “El Morro” manifiesta que: Siempre viene con mis amigos al cerro, ya que es un lugar tranquilo en el cual se puede relajar, hacer deporte, tomarnos fotos y subir a ver la virgencita”

En la cabecera parroquial encontramos la antigua iglesia “San Jacinto”, la cual es uno de los más importantes atractivos con que cuenta la parroquia, ya que conserva su edificación de madera y adobe. Esta iglesia es la única en el país con arquitectura de la época colonial.

Este templo se convierte en la parada obligatoria de la parroquia, antes de querer embarcarse en una travesía para disfrutar de la observación de delfines.

“La iglesia es muy visitada por turistas nacionales y extranjeros especialmente en sus fiestas”, así lo considera Alexandra Chacón, moradora del sector. Recorriendo más “El Morro”, encontramos el mayor atractivo turístico, este es “Puerto El Morro”, el recinto más representativo de la parroquia por la biodiversidad que ofrece.Desde la entrada observaremos todo tipo de comercio, artesanías, un pequeño museo y una gran cantidad de lanchas que ofrecen el servicio de paseos para observar la flora y fauna y el avistamiento de “delfines nariz de botella”.Los guías nativos ponen al servicio los paseos en lanchas para adentrarse a la gran aventura por los manglares. Con chaleco y toda la respectiva seguridad nos adentramos a lo que sería un inolvidable paseo. Durante la travesía se pueden observar otras especies, encantarnos de cada belleza de la naturaleza y el particular sonido de los delfines bufones o nariz de botella quienes nos dan la señal de que el verdadero encanto visual ha empezado; como buenos anfitriones los nativos nos aconsejan que no debamos darles alimentos ya que son animales protegidos. Siguiendo con el recorrido nos encontramos con la Isla de Los Pájaros (La Pequeña Galápagos), donde se pueden ver varias aves como: las fragatas (aves de mayor cantidad en la isla, más de 6.000), piqueros patas azules, pájaros brujos y la “Garza Rosada”, que es la más exótica y vistosa por su particular color que brilla con el sol. Pricila M


endoza, oriunda de Playas Villamil, señaló que siempre va con su esposo y su hija, que le gusta mucho la diversidad del puerto, tanto en flora como en fauna y que seguirá yendo, ya que así apoya la economía del sector.Si de gastronomía se trata, ésta es muy variada. Algunos de los platos que se ofrecen son: pescado frito, sopa de cangrejo, ceviches (camarón, concha y pescado) arroz marinero, bollos entre otros. Hay para todo tipo de gusto.Brian Zúñiga, visitante de “Puerto El Morro” nos manifestó que la comida es muy rica, la gente amable, y que recibe una excelente atención incentivando a que los turistas vuelvan.La historia no se queda atrás, pues cuenta con un pequeño museo llamado “Sr. Douglas Anastacio” donde podemos observar libros que guardan historia del lugar, una gran cantidad de especies del sector, imágenes de aves y esqueletos de animales del mar (el más representativo, el delfin nariz de botella). Y para los amantes de los recuerdos aquí pueden adquirir diferentes tipos de artesanías, elaborados por los propios habitantes del sector. Desde pulseras, aretes, cadenas, llaveros y adornos hechos con conchas y piedras son los que se pueden llevar los visitantes. “Me compré un elefante hecho a base de conchas, me pareció muy novedoso y muy bien elaborado, los precios son muy cómodos, accesible a todos los bolsillos; algo que me parece muy bueno, ya que así todos nos podemos llevar un recuerdito del Puerto” aseguró Brenda Montecé, visitante de la ciudad de Guayaquil.Cerca de unos de 500 turistas llegan cada fin de semana a “Puerto El Morro”, lo cual representa un incremento importante en la economía de los habitantes de la parroquia.Estas son las bellezas que ofrece la parroquia “El Morro”, con gente cálida y trabajadora, en espera de más turistas nacionales y extranjeros para incrementar el desarrollo económico y turístico de cada parte de este pequeño, pero hermoso sector.

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